martes, 1 de marzo de 2011

El cerebro nos engaña

Francisco J. Rubia Vila
El cerebro nos engaña -

De todos los órganos del cuerpo humano el cerebro es, a pesar de ser uno de los más
estudiados, el menos conocido. Su gran complejidad (dada fundamentalmente por el inmenso
número de neuronas que lo componen y la incalculable cantidad de interconexiones entre
ellas) dificulta enormemente su estudio, pero a la vez que es la responsable de nuestro
comportamiento inteligente, lo que nos permite adaptarnos de una forma eficaz al entorno.

Sin embargo, el cerebro no refleja “objetivamente” la realidad exterior, sino lo que es útil para
la supervivencia y la adaptación. El fenómeno “phi” (percepción de movimiento cuando lo
que realmente se presentan son imágenes fíjas que se suceden rápidamente, con en la
cinematografía), la mancha ciega del ojo (la zona de la retina donde no se ve y que
generalmente no es percibida de forma consciente) y la criptomnesia (recuerdos no
identificados como tales por la persona sino como ideas originales propias), reflejan la
capacidad del cerebro de inventarse informaciones. En pacientes con cerebro escindido se ha
podido mostrar cómo un hemisferio, cuando le falta información, se inventa una historia
plausible para explicar el comportamiento del otro hemisferio.

Por todas estas razones, se concluye que el cerebro nos engaña, presentándonos como reales
sucesos no ocurridos, de forma que la realidad convenientemente para el cerebro y la realidad
“objetiva” son dos cosas distintas.











Bibliografía recomendada
·
“El Cerebro nos Engaña”*. Rubia Vila, Francisco J. Temas de Hoy, 2000

Sindrome de Capgras

El Sindrome de Capgras es un trastorno poco común en el cual la persona que lo sufre cree que la gente de su entorno, su familia o amigos han sido reemplazados por impostores de apariencia idéntica pero qué no son los auténticos.
Caso 1
Varón de 36 años, sin antecedentes de enfermedad
conocida, que consulta a petición de la familia por
cambio conductual acusado, apatía, aislamiento social,
ideación paranoide de perjuicio y heteroagresividad
verbal con amenazas de muerte hacia familiares y amigos.
Presenta una alteración del patrón sueño-vigilia y
de la conducta alimentaria.
Tras su ingreso en la unidad de agudos refiere que,
desde hace aproximadamente dos años, tiene la convicción
de que sus familiares han sido suplantados por
dobles idénticos. Asegura que al principio fueron
suplantadas su madre y su hermana para, posteriormente,
incluir al resto de la familia y varios vecinos. En
un primer momento le parecían prácticamente iguales,
pero posteriormente comenzó a notar diferencias, principalmente
en el carácter, siendo los dobles más irritables
e insultantes. Asimismo, descubre que existen
pequeñas modificaciones en cuanto al peso y la talla.
Detecta varios dobles de una misma persona sin saber,
en determinadas circunstancias, si está delante de un
impostor. Explica el paciente que existía un complot
contra él en el que participan su familia, amigos y vecinos,
siendo molestado mediante golpes en los tabiques
de la casa, perseguido y espiado allá donde fuese gracias
a un transmisor que le han colocado en una muela
y a un sistema de rayos infrarrojos. A donde quiera que
fuese ya le esperaban, pues los vecinos avisaban por
teléfono. Al ser interrogado, afirma que todo esto sucede
porque años atrás, realizando labores agrícolas en su
pueblo, había ridiculizado a unos compañeros por ser de
izquierdas. Por último, cree que sus padres son comunistas
y que ahora todos se han puesto en su contra.
A la exploración se muestra inquieto, con aspecto algo
descuidado, afecto tenso y suspicaz, habla coherente
sin alteraciones formales del pensamiento, ideación
paranoide y autorreferencial, interpretaciones delirantes,
alteraciones perceptivas y nula conciencia de
enfermedad. Las funciones mentales superiores y el
resto de la exploración neurológica no presentan alteraciones.
Se realizaron hematimetría, bioquímica,
RNM, EEG, no hallándose alteraciones significativas.
Se inició tratamiento con 2 mg de risperidona, aumentando
2 mg cada tres días hasta 6 mg, remitiendo parcialmente
el cuadro delirante en diez días.

Caso 2
Mujer de 30 años, casada, peluquera de profesión.
Como antecedentes somáticos, destaca una aplasia
renal sin significación clínica. No se conocen hábitos
tóxicos. Entre los antecedentes psiquiátricos, destacan
dos episodios psicóticos. Dos años antes presentó un
episodio psicótico breve, tratado con haloperidol, que
no precisa ingreso y que remite recuperando la paciente
su nivel de funcionamiento anterior. Durante el
seguimiento ambulatorio posterior, se recoge otro episodio
psicótico de corta duración tras el fallecimiento
de una hija recién nacida, en el que aparece ideación
delirante de perjuicio y extravagante respecto a una
vecina que, mediante actos de brujería y actitudes
extrañas, se habría llevado a su hija. Este episodio se
produjo cuatro años antes y no fue consultado ni tratado.
La paciente es traída a urgencias por su marido tras
reactivación de sintomatología psicótica, presentando
ideación delirante poco sistematizada, difusión del
pensamiento, delirio de influencia corporal, fenómenos
telepáticos, ideación autorreferencial, alucinaciones
auditivas con voces amenazadoras y alucinaciones
cenestésicas, al experimentar orgasmos que le transmiten
telepáticamente, y conductas desorganizadas, llenando
la casa de sal o dando la vuelta a los cuadros.
Mantiene la convicción de que su marido ha sido reemplazado
por un doble idéntico, aunque al principio
piensa que es sólo una sensación. Reconoce que más
tarde le es difícil discernir si está ante su marido o el
doble. Tras ingreso en nuestra unidad se realizan TAC
craneal, EEG, hematimetría con fórmula y recuento,
hormonas tiroideas y bioquímica completa, no encontrándose
hallazgos significativos. Dada la buena respuesta
que tuvo en el pasado se instaura tratamiento
con haloperidol, remitiendo el episodio parcialmente
en dos semanas.